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La Semana Santa no es solo una tradición religiosa ni una pausa litúrgica en el calendario. Es, sobre todo, una oportunidad para detenernos, mirar hacia dentro y preguntarnos cómo estamos viviendo las enseñanzas de Jesús de Nazaret. En un país como Venezuela, donde la cotidianidad suele estar marcada por adversidades, el mensaje cristiano adquiere una fuerza especial. No se trata de ideas abstractas ni de ritos vacíos, sino de una propue