El adolescente Mario Vargas Llosa en la redacción del diario Crónica
En la republicana Venezuela de mediados del siglo XX, el profesorado de literatura para secundaria y licenciatura universitaria disponía de algunos libros en su domicilio familiar, era el cansado asiduo de la anciana y oscura Biblioteca Nacional de Caracas, pedía prestado jurando cumplir con la devolución, usuario de la muy limitada en la Universidad Central o cliente de las escasas librer&iac