El catálogo que ofrece la historia en cuanto a concepciones y definiciones de Dios es abundante y se inscribe en un conjunto bien amplio, que comprende las múltiples expresiones religiosas y elaboraciones teológicas con sus antecedentes míticos, además de las variadas posiciones planteadas en el ámbito filosófico.
Dentro de este vasto campo podemos fijar hoy nuestra atención en algo que dice la Primera Carta de Juan: “Quien no